La cavitación es una técnica no quirúrgica para eliminar la grasa localizada mediante el uso de ultrasonidos de baja frecuencia, que se aplican sobre la zona donde se concentra la grasa para disolver las células adiposas desde su interior. Posteriormente la grasa se elimina con la orina o a través del sistema linfático. La cavitación consiste en la aplicación de ultrasonidos con el fin de romper la membrana de la célula grasa o adipocito.
Este tratamiento lo que se hace es descomponer las células del tejido graso subcutáneo mediante ultrasonidos aplicados con la ayuda de un campo eléctrico. El tratamiento es indoloro y se aplica con una placa circular.
Una de las ventajas de la cavitación respecto a la lipoescultura tradicional, es que las ondas aplicadas sobre la zona afectada además de favorecer la lipolisis o drenaje de grasas, también ejerce un efecto beneficioso sobre la piel estimulando la producción de colágeno y elastina para prevenir la flacidez y celulitis que en ocasiones se producen en la liposucción estándar.
Durante todo el tratamiento es necesario ingerir al menos 1,5 litros de agua diario para ayudar a eliminar del organismo la grasa destruida. Normalmente son necesarias entre 6 y 12 sesiones para conseguir el efecto deseado.
Esta técnica se utiliza para eliminar la piel de naranja y la piel de colchón devolviendo el aspecto normal a la piel de las zonas tratadas, al tiempo que mejora la circulación, se eliminan toxinas y aumenta el tono y la elasticidad de los tejidos.
La cavitación está indicada para: